La estrategia nacional de Papúa Nueva Guinea se centra en la inclusión financiera mientras persiste la brecha de género

A pesar de que la nación insular de Papua Nueva Guinea solo tiene una población de poco más de 10 millones, es uno de los países con mayor diversidad lingüística del mundo, con más de 840 idiomas hablados. Si bien es culturalmente impresionante, desde el punto de vista financiero, el país aún tiene camino por recorrer. Profundizamos en su ecosistema financiero actual y el impacto de las fintech en él.

Papúa Nueva Guinea tiene un producto interno bruto (PIB) per cápita de poco más de 2.400 dólares; sin embargo, según UNICEF, existe un alto grado de desigualdad de ingresos, por lo que el 40 por ciento de la población vive por debajo del umbral de pobreza extrema. Además, muchas de estas personas no están bancarizadas, ya que las investigaciones revelan que el 80 por ciento de la población no tiene acceso a servicios financieros. Es probable que esto se deba en parte al hecho de que el 87 por ciento de los papúes viven en zonas rurales.

Según el Banco Asiático de Desarrollo (BAD), la economía del país está dominada por la agricultura y las extracciones intensivas en capital de oro, petróleo, cobre y plata. La economía informal también desempeña un papel importante en el país, ya que el 87 por ciento de la población depende de ella para su sustento.

Acceso a financiación

Hay cuatro bancos comerciales importantes que operan en el país; sin embargo, el Bank of South Pacific es, con diferencia, el más dominante en el mercado. Desde el punto de vista de los seguros, en 2016 había 13 actores clave, la mayoría de los cuales involucraban sucursales de compañías de seguros de propiedad extranjera como AIG y QBE.

Para garantizar que más personas tengan acceso a estos servicios, el gobierno de Papúa Nueva Guinea se ha centrado en la inclusión financiera. Los esfuerzos para mejorarlo se han realizado durante más de una década, ya que en 2013, el Consejo Ejecutivo Nacional (NEC) de Papua Nueva Guinea respaldó la creación del Centro para la Excelencia en la Inclusión Financiera (CEFI). Se estableció para actuar como la organización principal de la industria para coordinar, promover y monitorear todas las actividades de inclusión financiera en el país.

La visión, misión y valores de CEFI se centran en la inclusión financiera. Esto incluye promover la alfabetización, eliminar la pobreza y promover operaciones institucionales financieras dinámicas en Papua Nueva Guinea. CEFI también está financiado por el Banco de Papua Nueva Guinea (el banco central del país).

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En 2014, el gobierno estableció la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera y Educación Financiera. Dos años más tarde, dio el siguiente paso para reducir los altos niveles de exclusión financiera del país al lanzar su Estrategia Nacional de Inclusión Financiera.

En 2023, el gobierno anunció la tercera entrega de su Estrategia Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2023-2027. Según el Banco de Papua Nueva Guinea, su objetivo es mejorar:

  • Educación y alfabetización financiera
  • Crecimiento de los proveedores de servicios financieros
  • Modelos innovadores de prestación de servicios financieros
  • Protección al consumidor y datos

¿Han dado frutos estos esfuerzos?

Todos estos esfuerzos por mejorar el acceso a la financiación han dado lugar a un aumento de las cuentas bancarias de depósito. Entre 2014 y 2023, se abrieron cuatro millones de cuentas bancarias y más de 16.000 puntos de acceso (cajeros automáticos, EFTPOS, sucursales bancarias y agentes bancarios). Curiosamente, se pueden establecer paralelismos entre el crecimiento del acceso a la financiación y el número de usuarios de banca móvil, ya que muchas transacciones se han realizado a través de métodos bancarios digitales.

A pesar de estos avances, el país todavía enfrenta muchos desafíos.

Según el Banco de Papúa Nueva Guinea, el país enfrenta muchas dificultades que, a su vez, afectan directamente el desarrollo de los servicios financieros y una inclusión financiera más amplia. Algunos de estos desafíos incluyen:

  • geografías difíciles
  • falta de infraestructura física y social
  • habilidades y conocimientos tecnológicos limitados

Por ejemplo, las tasas de penetración de Internet y de las conexiones móviles son bajas (32 y 36 por ciento respectivamente) como resultado de una infraestructura deficiente.

División en el acceso a la financiación

Si bien se están haciendo esfuerzos para ser más inclusivo, actualmente Papúa Nueva Guinea tiene la brecha de género en materia de inclusión financiera más alta de la región. Específicamente, el 29 por ciento de las mujeres tienen menos probabilidades de tener acceso a servicios financieros formales.

Una de las estrategias implementadas para mejorar esto fue en 2022. El Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Capitalización (FNUDC) se asoció con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y lanzó el proyecto del Servicio de Financiamiento Rápido (RFF) en Papua Nueva Guinea. El Proyecto RFF fue diseñado para brindar apoyo a mujeres emprendedoras ofreciendo servicios digitales y financieros. En consecuencia, su objetivo era mejorar la inclusión financiera y abordar el impacto desproporcionado de la pandemia de COVID-19 en las mujeres.

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La estrategia nacional del país continúa centrándose en la inclusión financiera, ya que exige que los productos y servicios financieros lleguen a un millón de personas no bancarizadas y desatendidas en todo el país, el 50 por ciento de las cuales serán mujeres, en los próximos dos años.

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